21 feb 2010

¿"Sin saber de ti"?

De verdad, espero que nunca deje de hacerme gracia para convertirse en molestia y ofensa el hecho de que de pronto, de la nada, aparezca alguien, un amigo de antaño de esos a los que el aburrimiento de no recibir respuesta a mi correspondencia hiciera que yo mismo dejara de escribirles y de buscar saber de unos y otros... Y de pronto —como digo— aparezca con un "hace años que no sé de ti". Y poco más, ni siquiera cuentan de sí (...).

Ehm... ¿Sí? Vaya, lo siento.

Hace 9 años busqué mi nombre en Google y al apretar enter me llevé una sorpresa con un tal Miguel Figueredo Lancha (no recuerdo si coincidía en realidad con ambos apellidos) al que habían dejado salir de la cárcel por buen comportamiento después de liarla gorda en algo... Pero hace 3 años un amigo me dijo que, buscándome por la red, le había resultado facilísimo encontrar en la primera página de resultados del superbuscador mi web personal, mi web de trabajo, mi perfil en myspace y el de mi grupo...

Hoy en día, si me busco, encuentro en las dos primeras páginas de Google todo esto y además mi perfil de facebook, mi blog personal, el de trabajo y alguna otra web en que eventualmente escribí, al margen de artículos y reseñas de música sobre Zia y sobre coctelería.

Y sigo preguntándome "¿Sí? ¿y eso?". Vaya, lo siento.

Siempre se ha dicho que internet ha revolucionado el mundo y la vida para bien. Y yo creo que sí que lo ha hecho, por supuesto. Eso es indiscutible. Pero, como en todo, relativizamos con enorme facilidad y yo encuentro mi pega. Nada de esto que viene ahora —de lo que escribo— es novedad ya; qué bueno es disponer de tanta información a mano. Ya no llamo a mi padre para preguntarle con qué broca taladrar en madera; lo encuentro en internet. ¡Hasta cómo configurar todo un complejo sistema de alarmas, puedo averiguar! Encontrar a gente, descubrir gente, inventarme gentes, leer, escribir, comentar, aprender, enseñar, proponer, dirigir, ver y mostrar fotos y videos, sin importar a quien comprometan. Ah, pero hay tanto para ver que uno acaba perdiéndose en un mar de millones de cosas, engullido por las olas de todas las demás que en principio no buscabas pero que nos seducen y nos abducen por horas, por días.

Pero con disciplina, si de algo quiero saber, no hay más que buscarlo en internet. Helo ahí todo. A menos, claro, de que alguien guarde celosamente su intimidad, que lo acepto y respeto, como es el caso de algunas de mis amistades, que prefieren utilizar un pseudónimo. Pero ese no es mi caso. Nadie sabe qué frutas tengo en mi nevera ni los horarios en que entro y salgo de casa, porque es mi intimidad, pero ¿saber algo de mí? Solo hay que quererlo y disponer de conexión a internet, ese gran armario de, en ocasiones, excesiva oferta de información.

En fin, de verdad que no me molesta en el fondo, pero me hace gracia. O quizás sí me molesta sin yo saberlo y hasta le dedico tiempo a escribir sobre ello... ¿?

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En el blog de una amiga de antaño (que por cierto hace y vende unas cosas muy bonitas) he leído algo que me hizo gracia: "Fashion is a form of ugliness so intolerable that we have to alter it every six months" —Oscar Wilde—. El caso es que la gente de a pie parece que rescatamos las modas cada 20 años (pantalones campana, pelos cardados, pañuelos, el Martini, colorines y sonidos retro).. Para Gardel eso no era nada, pero en 10 años sí que puedes dejar de saber absolutamente de la vida de gente que tuviste muy, muy cerca.

Y como dirían en SLQH, "¡un beso a todos los que aparecen y no aparecen en años!"...

: )



19 feb 2010

El gin me ausenta

En estos días no estoy escribiendo nada. Y francamente, no se trata de que esté organizando mis ideas y viviendo tantísimas cosas sobre las que escribir. En realidad es que no estoy ni pensando en ello. Afortunadamente nos ataca en estas semanas una vorágine de trabajo en Bar Concept, con unos cursos de formación de ginebra y coctelería que hemos montado bajo la dirección de Tup (¡master!) y la organización de un gran equipo. De hecho, empezamos la gira en Madrid la semana pasada, con un rotundo éxito de convocatoria y de puesta en escena —todo hay que decirlo— y seguiremos en las próximas cuatro semanas por Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao, hablando sobre el gin y presentando su versatilidad en coctelería molecular, clásica y acrobática, con demostraciones, historia/s, destilación en directo, degustación y cata a ciegas... El equipo es tremendo y nos lo estamos pasando pipa. Se trata del relevo que Steve Olson y su equipo de Nueva York le pasaron a Tupac y su equipo en España.

Aquí abajo os dejo un par de fotos y un video en que han hecho lo posible por ponernos guapetes y otras en que irremediablemente hacemos el chorra y nos ponemos de acuerdo estudiando. Y en este post del Blog de Bar Concept podeís ver más fotos que ilustran mejor la sesión y sus preparativos (¡será breve y molan bastante!).

Además, un enlace a un video que no tiene nada que ver con esto, pero que he encontrado en el blog de Natascha y me ha encantado: 20 horas recortando papel en 2 minutos.








7 feb 2010

Craftsmanship, my friend.

En aquel momento me sonó bien. "Oh, qué interesante, ¡qué sabiduría!" y desde luego quedaba de maravilla repetirlo como mío, pero en realidad no había asimilado aún el significado, no me enteré hasta bastante después de lo que la idea encerraba cuando Lars me dijo sobre el escenario: "Craftsmanship, my friend, it's all about craftsmanship...".

En estos días he recordado aquello y se me ha dibujado una sonrisa en la cara, sosteniendo en mi mano una copa martini (con un cóctel que no era un Martini) y viendo como dos amigos, de estos no íntimos pero sí de los que les coges cariño con un par de veces que coincides en algún sarao de coctelería y acabas frecuentando, hacían lo suyo tras la barra, exprimiendo, removiendo, agitando, perfumando... Daba gusto estar allí de pie en la barra —había taburetes, pero cedí el mío a una mujer con sus amigas—, disfrutando del espectáculo de ver cómo preparaban uno y otro cóctel como si estuvieran tallando muñecos de madera, unos muy currados y artesanales. Con el mío, por supuesto, delante. Esta vez no bebí ron, pues necesitaba manterme lo más espabilado posible durante el mayor tiempo posible, así que fue mi noche de gin. Y ojo, que tampoco soy de perderme en la bebida.

En un lugar en el que antes de que se llene del todo, cierran la puerta, para garantizar que la gente que haya dentro disfrute de la atención y el cariño en bebidas tan cuidadas, tan esmeradas, para que el espacio siga siendo espacio y no se convierta en codazos y prisas por ser atendidos, porque eso no es un ambiente que aquí se busque, no sería un lugar tranquilo y agradable en el que tomar diamantes y poemas como los que aquí preparan. ¿Y qué tienen de especial? ¿los ingredientes? Sí, bueno, también. ¿Las recetas? No más curiosas que en otros sitios, no. ¿Los cojines? Quién sabe, no los he probado yo aún. ¿La barra en sí? Bueno, está bien... Pero no, ninguno de esos adornos es lo que da el carácter definitivo. Es el cómo lo hacen, el esmero que ponen, la historia que saben detrás de cada uno, las recomendaciones que hacen y el buen hacer con las manos y la sonrisa.

Uno de ellos me preguntó hace no mucho tiempo si no echaba de menos estar tras la barra en un bar fijo y no tanto como voy ahora, por España, en distintas barras, convenciones y espacios habilitados para cursos, catas y presentaciones, que me encanta. Y le dije que no, que en lo absoluto. El caso es que un poquitín sí, pero eso solo cuando veo un equipo como este, en un sitio así, como en un par más que he visto. No muchos. Y mira que mi equipo no lo cambio, eso desde luego, ¡es el mejor y esto es una convicción absoluta! Pero a un lugar fijo y acogedor resulta que a veces le encuentro lo suyo también. Resulta que todo lo hacen las buenas maneras y la base del equipo y las estanterías, not just a fancy facade.

"Craftsmanship, my friend, it's all about
craftsmanship..."



3 feb 2010

Contradictoire (frases hechas)

Hoy he leído en un mail de trabajo lo siguiente, que me ha hecho mucha gracia:

"Por favor ponte en contacto conmigo en la menor brevedad posible"... Y he pensado: "¡Qué contradictorio, a ver si se aclara, ¿pronto o no tan pronto?...!".

Y me recordó a ese tipo de frases hechas que tenemos en español, cuyo mensaje se puede formular de distintas maneras y que a veces alguna gente las mezcla tan panchas, soltando otras perlas como:

"Si mal no me equivoco...".

En fin.