26 jul 2010

Las reuniones son tóxicas

Entre twits y twits encuentra uno mogollón de cosas. Esos enlaces acortados que nunca entendí son una caja de pandora. A veces al verlos ahí, en sus menos de 140 caracteres, de hecho, muchos menos, dudo si abrirlo o no, si hacer ese click sin retorno. Es que como sea algo bueno e interesante, me va a enganchar y si es una estupidez más de las que algunos ponen de vez en cuando en sus excitaciones entre avión y avión, me va a hacer perder el tiempo... ¡Y también me va a enganchar!

El caso es que en estos días vi uno que me gustó, de un tipo que no se anda con rodeos ni misterios, con un titular conciso que te da la idea de lo que el enlace mostrará. Como debe ser, vamos. Decía "Meetings Are Toxic for productivity" ("Las reuinones son tóxicas para la productividad"). Y es una explicación cojonuda de Seth Godin sobre cómo el afán por las reuniones sin ton ni son, como si ellas fueran TRABAJAR en sí mismas, no hacen más que hacer a uno perder el tiempo y molestar cuando alguien está de verdad más enfocado a producir que a comer mierda y al cuento.

Y esto es lo que decía, lo traduzco al español:

Las reuniones son tóxicas. No tengas (tantas) reuniones.

¿Realmente necesitas una reunión? Normalmente las reuniones surgen cuando un concepto no está lo suficientemente claro. En vez de recurrir a una reunión, intenta simplificar el concepto, de modo que puedas discutirlo rápidamente por email, o Instant Messenger, o Campfire. La meta es evitar las reuniones. Cada minuto que evitas emplear en una reunión es un minuto en el que puedes conseguir que el trabajo sea hecho.

No hay nada más tóxico para la productividad que una reunión. He aquí algunas razones:

• Rompen tu día de trabajo en pequeñas e incoherentes porciones que interrumpen tu flujo de trabajo natural.
• A menudo son acerca de palabras y conceptos abstractos, cosas no reales (como un trozo de código o el diseño de alguna interface).
• Normalmente conllevan una cantidad tremendamente pequeña de información por minuto.
• A menudo hay al menos un imbécil que inevitablemente toma su turno para hacer perder el tiempo de los demás con sinsentidos (y contando repetidamente su experiencia con Paris Hilton).
• Dejan más ideas a la deriva que un taxi sobre nieve espesa en Chicago.
• Con frecuencia tienen una agenda tan inprecisa que nadie en realidad está seguro de lo que se tratará.
• Requieren una preparación concienzuda que la gente rara vez lleva a cabo.

Para esas ocasiones en las que absolutamente sí necesitas una reunión (esto sería una rara eventualidad), sigue estas sencillas reglas al pie de la letra:

• Pon un temporizador a 30 minutos. Cuando suene el la alarma, se acabó la reunión. Punto.
• Convoca a la menor cantidad de gente posible.
• Jamás convoques una reunión sin una agenda clara.