Comí cubano en BCN

Fuera de casa es siempre difícil, cuando no imposible, encontrar el sabor a comida casera, el sabor de la comida que comes en familia, en la tuya! Y Barcelona me ha brindado esta semana una cena con auténtico sabor a comida cubana, bastante parecido al que solo como cuando visito a mi familia fuera de España.

Resulta que en la calle Riera Alta 33 del barrio del Raval, en Barcelona, hay un restaurante cubano llamado "Mamita Linda" y que con una decoración modesta y austera (sobretodo la del bar), sacan de la cocina unos platos que no solo están riquísimos, sino que los presentan bastante modernitos.
Los fines de semana por lo visto se llena, así que más vale llamar por teléfono para reservar (93 442 6058).

Gracias, Moni.
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Buenos días, Barcelona

Esta mañana me he levantado pronto habiéndome acostado tarde, con horas de carretera y sueño atrasado, en una casa ajena —pero muy agradable— y con un día largo por delante en el que debía estar a pleno.
Un amigo me acogió en su casa, de él y su familia. Muy bonita. Y dos niñas preciosas me han dado uno de los buenos días más bonitos, con una sonrisa y un hola antes de irse al cole.

Estaban, parece, un poquito emocionadas por la visita que había en el salón, el amigo de papi... Me pregunto si para ellas resultará significativo lo despeinado que se encuentra uno, y no es que yo me peine mucho, aún bajo las sábanas y manta, torciendo el cuerpo para saludar, sin lavarse la cara y sin más galardones que el ser "un adulto amigo de papi".

Gracias, Julio.
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"Dpto. de distribución de culpas"

Cuando las cosas salen mal hay quienes ponen en marcha el departamento de distribución de culpas, que parece que les exime de responsabilidades, pero también de méritos y satisfacciones.
Cuando sucede, ya eso no pinta bien, pero el problema —uno de ellos— viene cuando se atribuyen los méritos del éxito y regalan los del fracaso, porque además casi siempre a alguno le van a caer solo estos últimos, acabado de llegar.

No es que me haya pasado en estos días, pero he venido rumiándolo desde hace poco más de un mes. De cualquier modo, todo está mejor ya.

Senoidal

(Esto se lee mientras se oye este "Slow dancing in a burning room", de John Mayer)

Cada cierto tiempo uno se siente pleno, satisfecho.

Parece que cada cierto tiempo tengo la paz que busco... Y ya teniéndola, pues la disfruto, cómo no, me acostumbro, y me hago a la idea de que ya "lo he conseguido", como si eso no fuera a cambiar nunca.
Y cada cierto tiempo resulta que tenemos que buscarla de nuevo. Porque cada cierto tiempo la perdemos sin poder evitarlo, bien porque el ser feliz y estar tranquilo resultan no ser títulos irrevocables, o bien porque sin darnos cuenta con el tiempo cambiamos de deseos, qué más da. Pero cada cierto tiempo el deseo regresa. En esencia lo hace. Y también lo hace la debacle, la catástrofe.

Un profe de musicología (el nombrecito se las trae) me decía que tooodo era cíclico; las ondas sonoras, las matemáticas, por ende la música, los estados de ánimo, la fortuna... Todo funciona como lo hacen los armónicos en un tono de onda senoidal. El micromundo y el macromundo, la paz del ser y del cosmos, cosas de hippies.

Y parece que en todas nuestras cosas sucede, en casa, en el trabajo y con el dinero, con la familia, con tu pareja y con tu soledad. La amistad parece ser lo único que quizás se salve, y no siempre, del ciclo. Con sus momentos álgidos (crestas) y sus baches (valles). Y cada cierto tiempo por lo visto coinciden varios baches juntos, aumentando la profundidad del "valle" —por una simple suma de valores de fase—.

Y lo que da vértigo no es el bache en sí, por profundo que sea, no. Es la sensación de vacío y de incertidumbre, de ausencia de presión atmosférica durante el instante en que gravitas sobre él, a cámara lenta. El no saber qué bache es, cuántos son, el tamaño, ni cuánto durará.
Pretender acabar con eso es una tontería, si en definitiva cuando lo echamos de menos algunos nos montamos en la lanzadera de un parque de atracciones (hace poco probé la de Port Aventura, por cierto... Tremendo). Para sentir ese vacío y ese silencio momentáneo y apocalíptico. Luego, al bajarnos, nos echamos unas risas.

Total, que parece que el itinerario de la vida, las dichas y los pesares, se resumen en:

Para más info absurda y sin sentido, aquí

En fin, a ver si estos pasan pronto o al menos turnan los frentes. Soy positivo respecto a ello.

Una de gionistas

No hay como saber contar historias para salir de una situación complicada... Nunca subestimemos el poder de una buena historia!

Gracias, Roger C.

Los jovencitos se la llevan; no parece novedad

Un artista nuevo que acabo de conocer en estos días (gracias, Natascha).

José James es una mezcla —en cuanto a sus raíces, digo— poco usual: mitad irlandés mitad panameño por sus padres, nacido en Mineapolis y afincado en Nueva York. Tiene 28 años, es cantante de jazz y suena a soul a jazz y a a veces a hip-hop.
Normalmente va a batería contrabajo y piano (bastante clásico hasta aquí). De hecho, no es que sea suuuuuper orginal, pero me encanta como suena. Algunas apariciones de trompeta y hip-hoperos que tiene en el disco molan. Sí os gusta Terry Callier, puede que este Jose James os resulte atractivo. Más repertorio que el de su web, aquí.

Así que desde el descubrimento de Esperanza Spalding hace ya un tiempo y de Melody Gardot hace un añito o así, este es uno que me anima a buscar más...

Que aproveche.

La cruzada de los cultos

Hace unos días (varios ya) un conocido comentaba sobre este video en una conocida red social de internet. Decía: "Flipante que canten con teleprompter, aunque claro la letra es tan profunda que no me extraña que lo necesiten...". Espero no te lo tomes a mal, J.A., si lees esto, pero al encontrarme el comentario hace unos días, he venido rumiándolo y aquí hablo... Es lo que tiene.

A veces no hay que estar con la artillería intelectual en guardia todo el rato, como si tooodo tuviera que ser denso, culto, coprometido y complicado... A veces podríamos disfrutar más de cosas vanales, frescas, sin fondo, como las gominolas, coño. Al margen de que la producción de sonido de esta canción (video al final de este post, de los Black Eyed Peas) sea fiestera, a un beat simple, tocada por un dj, diciendo algo tan sencillo, ¿qué es lo que necesita alguna gente encontrar? ¿Que es que acaso a todo lo que no sean libros y tratados de filosofía, novelas de grandes escritores atormentados y decepcionados del simplismo humano, etc. hay que ridiculizarlo?

A mí sí me parece que poner a 21.000 personas de acuerdo en hacer algo tan simple y divertido como bailar juntos una coreografía y dárselo de regalo sorpresa a alguien (Oprah no sabía nada de lo que se encontraría), mola. Puedes quedarte ahí refunfuñando y criticando que no es "una propuesta a la altura" de tus espectativas, como tus grupos musicales admirados, realmente comprometidos con el sentido de la vida, y que no es digna de tu hambre cultural... Bla bla bla...

Esa tonta canción y esa tonta idea del mob dance han resultado mover a miles de personas y ponerlas en una misma página compartiendo algo que a nadie hace daño y que brinda más un momento de entusiasmo y una sonrisa que un ceño fruncido y mucho menos el hundimiento de la raza humana por un brote de idiotez.

No, amigo, no. Si la música es arte y el arte sirve para expresar un estado de ánimo y compartirlo con los demás y provocarles una emoción, si el entertaining es otro arte (a veces solo un oficio, cierto) y esta cancioncita con su letra mediocre (no son palabras mías, pero es que tampoco la definiste de manera concreta; solo la envolviste de ironía) logró hacerlo, además con un nivel de producción bastante decente que nuestros artistas españoles más cultos e introspectivos solo ven muy de vez en cuando... Si es así, ¿qué necesidad tenemos de colgarle el sanbenito de "mediocre", "vacía" e "inútil"?
Si no nos permitimos uno que otro baño de vanalidades sin más, de cositas así de frescas, ¿qué sentido tiene nada? Relajémonos y disfrutemos, amigo. Sin acritud, eh! Aprendamos a encontrarle el valor, en este caso, si la letra la encuentras tonta, al acto de que miles de personas compartan ese subidón.

Yo no voy bailando por la calle, desde luego. Y desde hace un tiempo es raro que me vean bailoteando en un pub, discoteca, club, concierto, etc., pero si me llega a pillar una situación como esa del video, vamos, me echo tres pasos, unas risas y que me quiten lo bailao, nunca mejor dicho!

Esto es lo que sucedió en la fiesta de inauguración de la 24ª temporada de Oprah W.