27 oct 2009

Buenos días, Barcelona

Esta mañana me he levantado pronto habiéndome acostado tarde, con horas de carretera y sueño atrasado, en una casa ajena —pero muy agradable— y con un día largo por delante en el que debía estar a pleno.
Un amigo me acogió en su casa, de él y su familia. Muy bonita. Y dos niñas preciosas me han dado uno de los buenos días más bonitos, con una sonrisa y un hola antes de irse al cole.

Estaban, parece, un poquito emocionadas por la visita que había en el salón, el amigo de papi... Me pregunto si para ellas resultará significativo lo despeinado que se encuentra uno, y no es que yo me peine mucho, aún bajo las sábanas y manta, torciendo el cuerpo para saludar, sin lavarse la cara y sin más galardones que el ser "un adulto amigo de papi".

Gracias, Julio.
: )


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