11 dic 2009

El colmo de las libertades (tragicomedia para un músico)




Un espectador denuncia a un músico de jazz por no tocar jazz

Así reza el titular de esta noticia que no podía creerme según la leía. Un titular discreto para lo que los hechos daban de sí. Pero Chema G. Martínez de El País ha preferido manterse tranquilo y no burlón (al menos en el encabezado).

Al principio pensé: "pobre hombre, ¡mira que venir a España para esto!", pero luego él mismo me convence; ya tiene algo más que contar a sus nietos, jajaja...

Se trata de Larry Ochs (sí, uno de los Rova Saxophone Quartet), que cerraba el V Festival de Jazz de Sigüenza, en cuyo concierto, de pronto, a alguien del público se le ocurrió que en lugar de irse si no estaba disfrutando, debía interponer una denuncia por un motivo que aún no sé si me hace reir o contener la respiración (¡al loro!): "la música del saxofonista, a juicio de un espectador y sus acompañantes, no era jazz sino 'música contemporánea', género que el denunciado tiene 'contraindicado psicológicamente' por prescripción facultativa".

(...)

¡Pero es que aún hay más! La benemérita no nos deja colgados e interviene más allá de lo que le correspondía: "...uno de los uniformados, tal vez sobrado de conocimientos sobre la materia, sometió la música de Ochs a una suerte de juicio sumarísimo... Y llegó a una conclusión coincidente con la del denunciante: la música del saxofonista no es jazz".

(...)

¡Pero qué es esto! ¿Es o no es pa mear y no echar gota? La verdad es que dentro de todo, divertir, me divierte un güevo.

Me recuerda con placer e ilusión a la bofetada que propone implantar un amigo en este artículo. Con qué gusto vería a un juez o al mismo guardia civil darle una bofetada al denunciante, haciéndole firmar el boletín de conformidad, seguida de un "Hágame el favor, caballero, y no sea gilipollas; vaya a su casa y tómese algo, pero no moleste al resto del planeta"...

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